Hoy me he
levantado caliente, no en tono sexual, sino intelectual y socialmente hablando,
entiéndanme. Me hincha la zona inguinal, y me hace saltar la válvula, ver la
forma en la que la estupidez se repite. Y no solo eso, sino como crece hasta
puntos surrealistas, y lo peor, es ver a la vez como la lucidez-si es que
alguna vez hubo un mandatario lucido-, se va a varas de forma acelerada y sin
remedio. Se me cansa la mirada de leer a diario tantas insensateces, tantos
adornos salvapatristas, tantas bravuconadas y tantas chulerías enquistadas bajo
el odio y el resentimiento patrio.
Me sale pus por la boca, de ver como
esta panda de hijos de la gran puta-y ya sé que prometí a mi madre y a un amigo
que me lo recriminó no volver a usar esta acepción tan castellana aquí. Pero,
hoy no puedo evitarlo, ya lo siento-, llenarse los bolsillos, comprarse
palacetes, y tener un mayordomo personal, que supongo hasta le limpiará el
cimbrel, por una salvajada de dinero al mes. Mientras el resto del país,
prácticamente vive en la indigencia, con desalojos de familias diarios y con
las colas de Caritas y semejantes desbordadas. Los bancos de alimentos de la
Cruz Roja, sobrepasados en sobre manera, debido a la cantidad de personas que
necesitan de ellos para alimentarse a sí mismas, y lo que es peor, porque es la
única manera que tienen de alimentar a sus hijos.
Para rematar el asunto, hoy me
entero de la última, bueno mejor dicho, la primera. Porque pintan bastos, y permítanme
que les diga, que por mucho que cambie todo el famoso 20-N, dudo mucho que sea
a mejor. Y que si los señores del puño y la rosa, no han sido capaces de
defender al trabajador, perdónenme, pero dudo mucho que los de la gaviota lo
vayan a hacer, aunque ahora prometan el oro y el moro. ¿De verdad alguien se
imagina a un banquero dando parte de su sueldo a alguien que lo necesite? ¿O a
un empresario diciendo, os voy a subir el sueldo, y os voy a llevar a todos los
currantes de vacaciones al Caribe, por la cantidad ingente de dinero, que me
habéis hecho ganar este año?
O mejor aún, ¿se imaginan a un
empresario, apoyar la idea de que el obrero consiga más y mejores derechos
laborales, y que se niegue a su vez, a que a sus trabajadores se les pueda
echar sin previo aviso y sin indemnización? Sigan soñando-con todos mis
respetos-, pero sigan haciéndolo. Llámenme radical o lo que les plazca, pero
soy historiador, y a lo largo de la historia, en ningún país ha existido un
gobierno de derechas, por y para el trabajador-cierto es que pocos de
izquierdas lo han sido-. Y si no se lo creen, es muy sencillo, tomen, lean e
interioricen los libros de historia. Se darán cuenta, de que son el mismo perro
con distinto collar. Eso sí, el collar siempre lo pagamos usted y yo. Y en
estos tiempos, el radicalismo solo sirve para salir en los periódicos. Y la
cultura, para no gritar mientras se cae el avión.
Además, es mucho más sencillo. Lean
un periódico, el del pasado domingo por ejemplo, sin ir más lejos, donde pude
leer la noticia. La que más ganas me ha
dado de comprarme una escopeta con posta lobera, y presentarme en el
ayuntamiento de la capital de España, y hacer de él una nueva sucursal de
Puerto Hurraco. No sé si la habrán leído, pero sino, aquí mismo les dejo el
titular: “El ayuntamiento de Madrid aprobará mañana una ordenanza para
multar con 750 euros, a las personas que “roben” comida en la basura”.
Con dos cojones.
Y yo me pregunto, y le pregunto a
usted señor Gallardón, a la sazón alcalde de Madrid y a la señora Botella, su
segunda de abordo y futura alcaldesa rebotada-que esto ya huele-, ambos dos a
la cabeza del asunto. Ustedes, parte de un entramado político y de unas siglas,
que aspiran a gobernarnos a todos, y que juran y perjuran, que se romperán el
espinazo luchando por salir de la crisis y por ayudar al trabajador a subsanar
sus entuertos, como si fueran súper héroes de cómic americano. Ustedes, me
pueden explicar como ayuda a la gente que lo pasa mal, que no tiene dinero para
alimentar a su familia y tiene que buscar ese alimento en los contenedores de
basura. ¿Cómo puñetas ayuda a solucionar la crisis matar a la gente de hambre?
A lo mejor, ¿han decidido también privatizar las basuras, tras la sanidad y la
educación? Tal vez, ¿han decidido que tras quitarnos el dinero y la cultura,
ahora también van a quitarnos el alimento? Supongo que nadie con el poder
suficiente me responderá a estas preguntas, porque supongo que cuando se
alcanza el poder suficiente para llevar a cabo estas políticas contra las
personas, cuando se llega al punto de querer ganar tanto que da igual a cuanta
gente dejes sin nada, o a cuanta gente mates de hambre. Se alcanza también la
capacidad de escurrir el bulto y no dar la cara, y supongo también, que ustedes
lo denominan ser consecuentes con un estilo de gobierno.
Y yo, llámenme loco o idealista, me
imagino a esta gente robando día a día en los supermercados para alimentar a su
familia, y cuando no les dejen pasar del zaguán de ningún supermercado, pues se
buscaran una buena navaja albaceteña de esas de siete puntos-clack, clack,
clack....-, que tanto se llevaron en Madrid, y sino que les preguntes a los
gabachos de Napoleón. Y los imagino apostados a la puerta de ministerios,
alcaldías, diputaciones, para cobrarse por su cuenta y riesgo lo que ustedes
les han robado a ellos, y lo que nos han robado a todos. Y yo, sabiendo que nos
vamos todos al carajo-y siendo consciente de que yo soy el primero que se va
por el sumidero-, abriré una botella de vino, y me sentare tranquilamente con
media sonrisa en la boca, a ver cómo la gente a la que ustedes han hecho tanto
daño, corre a sus espaldas, echando espumarajos de rabia por la boca, mientras
os pican el billete.
Y yo, seguiré preguntándome cosas.
Ya ven señores políticos, alcaldes y demás. Paniaguados rascatertulias a sueldo
de sus altos cargos, que se fuman puros y se rascan los huevos, sentados en sus
grandes sillones en los grandes salones de sus palacios. Mientras ven desde su
atalaya, como la población se va al carajo, por todo lo que ustedes derrochan y
debido a todas la meteduras de pata de sus amigos banqueros, a los que ustedes
salvan el cuello una y otra vez con nuestro dinero, dándoles golpecitos de
amistad en la espalda y diciéndoles: no te preocupes fulanito, que si vuelves a
meter la pata, yo te vuelvo a salvar el culo con el dinero público, total estos
tontos que nos votan cada cuatro año, pensando que vamos a ayudarles no se dan
cuenta, y si acaban buscando comida en la basura de la capital del reino, pues
les ponemos una multa por hacerlo, que además dan muy mala imagen, a los
turistas que viene aquí a hacernos más rico a ti y a mí. Sin darse cuenta que
esto explotará por algún lado. Y mientras tanto brindan con un coñac de mil
euros la botella. Hijos de la grandísima puta.
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