Luces errantes en
tierra extraña, sombras del pasado…futuro aplazado, duro camino del refugiado.
Así de contundente y de triste comienza un tema benéfico del cantautor madrileño
Ismael Serrano dedicado a los niños de la Franja de Gaza.
Esos mismos niños que hoy mueren a centenares, casi uno a
cada hora desde el comienzo de los últimos ataques en el territorio gazatí, hace
veintidós días. He de reconocer que el artículo de esta semana iba a ir de otro
tema, una historia de conspiración histórica, con un rey estúpido y un burdel
de por medio. Pero no he podido resistirme, y lanzarme a teclear esta página
después de escuchar al primer ministro del Estado de Israel, ese desecho de ser
humano decir con toda serenidad: “no hay
guerra más justificada que esta”. Mientras, sus soldados bombardeaban la
única planta de energía de toda la Franja de Gaza, dejando más desamparados si
cabe a su población.
Memoria incomoda y frágil, y corta la de este tipo y la
de otros tantos, que defienden el holocausto que está sufriendo el pueblo
palestino de manos de su vecino. Curiosidades históricas que me revuelven las
tripas de asco. Como se puede defender los crímenes a la humanidad. Me pregunto,
cómo es posible que esas mismas personas que hacen homenajes anuales a los
judíos masacrados por la locura nazi, locura contagiada por el que fuera el
gran asesino, loco y malnacido de la historia de Europa, y culpable de la mayor barbarie contra
el ser humano cambien tanto su actitud y aptitud, cuando los muertos cambian de
bando. Cómo esos mismos que hacen la labor tan loable de no dejar caer en el
olvido y el pasado a los masacrados por Hitler y sus chicos, ahora puedan girar
la vista y obviar la misma masacre del pueblo palestino. Al igual que en su día
hicieron oídos sordos a las llamadas de auxilio, de otros hombres y mujeres, los
que sufrieron el holocausto en los territorios de la antigua Yugoslavia, bajo
el yugo-nunca mejor dicho- del sádico Slobodan Milošević, y sus acólitos
maquiavélicos sedientos de sangre. ¿Qué excusa tienen? ¿Seguirá la Comunidad Internacional
usando la excusa del nazismo? Ahora nadie se creerá que no eran conscientes del
holocausto, ahora lo emiten en directo las televisiones. ¿Para qué sirve una
Organización Unida de Naciones? La respuesta es obvia, o debería de serlo, para
defender a los pueblos indefensos de los ataques de los poderosos y sádicos.
Que les cuenten ese rollo a los muertos ucranianos, a los gazatís, a los de
Malí. Ponzoña con valija diplomática a sueldo de los de siempre.
Me indigna, me hace hervir la sangre escuchar a nuestros
representantes políticos-y a los del resto de países de la O.N.U-condenar los
hostigamientos en la Franja de Gaza, mientras siguen vendiendo y enviando armas
a las autoridades hebreas. ¿Cómo se puede calificar de hostigamiento el
bombardear colegios y hospitales atestados de niños, mujeres y enfermos? Ellos,
se excusan en que en esos lugares se escondía un terrorista de Hamas. Y aunque
así fuera, ¿Es justo masacrar a centenares de personas inocentes por detener a
un culpable? ¿Se imaginan al ejército bombardeando un hospital o un centro
comercial en Madrid o Barcelona porque allí se escondiera un supuesto terrorista?
Aunque es cierto, que en esa forma de actuar el ejército israelí tiene un buen
espejo en donde mirarse. Y sino miren como Estados Unidos-junto a sus dos bastardos
aliados inglés y español-acabó con la figura del dictador iraquí Sadam Hussein.
Reventando un país compuesto en su mayoría por personas que llevaban décadas
sufriendo la malicia y la autocracia de ese mismo dictador. Un doble castigo
para los de siempre, los que solo quieren vivir en paz, y ver crecer a sus
hijos. Algo bastante complicado en según qué zonas de este perro mundo.
De nuevo llueve sobre mojado en una tierra que no puede
absorber más agua, ni tampoco más sangre de niños e inocentes que no tienen
nada más que su vida. No lo tienen porque cuando consiguen levantar cabeza,
construir una humilde vivienda, tener algo de alimento para alimentar a sus hijos-casi
la totalidad de los habitantes de la zona sobreviven gracias a la ayuda
humanitaria-, aparece en escena el ejército de Israel de nuevo, y con cualquier
excusa los bombardea, los masacra, los arrincona en campos de refugiados, que
más bien lo son de concentración y los mantienen alineados e indefensos a base
de miedo. No puedo quitarme de la cabeza las declaraciones de un hombre
palestino. Acababa de perder a los seis miembros de su familia bajo las ruinas
de lo que fue un colegio, en el que se refugiaban de la ira de su vecino.
Gritaba entre sollozos: “que quieren de
nosotros, somos pobres no tenemos nada”. Algunos dicen que es un tema de
religión, no creo que un dios-cualquier dios- merezca que se asesinen niños
mientras juegan al futbol en la playa. Es un problema de matar por gusto, por
demostrar que se es el más fuerte, el que más países poderosos tienen de su
parte. Y es un problema grave de falta de memoria histórica, hay pueblos que
defienden los interese de “su” pueblo, sin recordar las penas anteriores de ese
pueblo que dicen defender.
La Comunidad Internacional estará contenta, orgullosa de
no haber hecho nada para que a día de hoy, Israel lleve más de 1.100 personas
inocentes asesinadas. A veces pienso que sería mejor que amaneciera lloviendo
napalm y nos fuéramos todos al carajo.